sábado, 13 de marzo de 2010

DIEZ SUPER-HÉROES FAVORITOS JAMÁS parte tres


7 - FIRE

Una de las pocas heroínas co-creadas por una mujer, mi querida Beatriz Bonilla Da Costa (née Corvalho) es, además de un bombonazo en llamas, la representante sudamericana en el Universo DC. Y lo mejor de todo es que es la representante sudamericana y 1) no habla como un vato, güey 2) no es mexicana 3) no parece decendiente de aztecas 4) su poder no es un símbolo relacionado con las serpiente emplumada, o el Yaguaraté, o cualquier cosa que la defina como sudamericana, siendo estos cuatro puntos no algo negativo per se, sino simplemente al primera posta de descanso del guionista perezoso. Bea Da Costa es brasileña pero de eso sólo te das cuenta si le preguntás de dónde es, y eso, amigos, en la historieta yanqui, es casi un milagro.

La crearon para la historieta adaptación de la impresentable serie (comillas) animada (comillas) de los Superamigos, sólo que por entonces se llama "Green Fury" y su poder era, literalmente, vomitar fuego de color verde, o, en otras palabras, escupir auténtica flema verde, digo, flama verde.


Sus poderes estaban relacionados con alguna paparruchada de misticismo brasileño (aquí respondía perfectamente al estereotipo) pero no fue como diez años más tarde que los dos monstruitos de Keith Giffen y J.M. de Matteis la incluyeron en su revolucionaria versión de la Liga de la Justicia y la retransformaron para el mundo moderno. Le dieron una personalidad absolutamente superficial y fogosa (a contraluz de su mejor amiga, la escandinava y sensible Ice), y convirtieron su poder en una versión tetona y verde de la Antorcha Humana.


Mi amor hacia esa Liga de la Justicia explica mi amor hacia Beatriz -enamorada secretamente del pequeño (¿Cuál es la traducción políticamente correcta del americano "Little people"?) Oberón al tiempo que todos los hombres babeaban por ella- pero no fue hasta que Greg Rucka la incluyó en su excelentísima Checkmate, que Fire no empezó a -ejem- brillar con luz propia. La Fire de Rucka es fuerte, decidida y muy capaz. A pesar de que la historia incluía un chantaje que Amanda Waller le realizaba, por el que Beatriz debía asesinar a ciertos individuos a cambio de mantener fotografías incriminatorias para su padre en secreto -lo que no es una posición de poder precisamente- lo cierto es que su personalidad -y por lo tanto, su profundidad como personaje- salían finalmente ganando.

Y además, en los 90, tenía el mejor look jamás.

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